En esta actividad sobre el papel de maestros y alumnos en la cultura escolar, se exploró cómo cada persona dentro de una escuela contribuye y cambia el ambiente educativo. Esta idea es importante para entender que la escuela no es solo un lugar donde se siguen reglas fijas; es un espacio donde todos, desde los estudiantes hasta los profesores, participan activamente en crear y modificar lo que se aprende y cómo se aprende.
Lo interesante de este análisis es que muestra que tanto los alumnos como los maestros tienen un papel importante en definir aspectos como los valores, las prácticas y las creencias dentro de la escuela. Por ejemplo, los maestros ajustan sus clases a lo que necesitan sus alumnos, y los alumnos aportan sus propias experiencias y conocimientos al aula. Esto crea un ciclo donde todos influyen y son influenciados por el ambiente escolar.
¿La cultura escolar determina a los que participan en ella o los que participan determinan la cultura?
La relación entre la cultura escolar y los individuos que forman parte de ella es dialéctica y recíproca. Los argumentos presentados en las tablas que se tomaron de los compañeros sugieren que, aunque la cultura escolar establece un marco dentro del cual maestros y estudiantes operan, estos últimos también poseen la capacidad de influir y modificar ese marco cultural.
Los maestros, guiados por el currículo, adaptan sus prácticas educativas a las necesidades y al contexto cultural de sus alumnos, lo que implica una transformación constante de la cultura escolar. Por otro lado, los alumnos, con sus propios antecedentes y experiencias, contribuyen a la atmósfera y la dinámica del aula, que a su vez influye en la cultura escolar.
Por tanto, la cultura escolar no es algo que simplemente "determina" a los maestros y estudiantes de manera unilateral; más bien, es el producto de una constante interacción. Cada participante, ya sea consciente de ello o no, aporta elementos que pueden sostener, alterar o enriquecer la cultura existente. Así, la cultura escolar es tanto formada por los individuos como formadora de ellos, en un ciclo continuo de influencia mutua que evoluciona con el tiempo y las circunstancias.
Referencia
Bolívar, A. (1996). Cultura escolar y cambio curricular. Bordón, 48 (2), 169-177.

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